FIESTA OCTAVA DEL CORPUS
En el extremo centro-oriental de la provincia de Badajoz se halla Peñalsordo. Existen documentos del pueblo desde finales del siglo XIV. Desde esta época hasta mediados del siglo XIX estuvo unido a la familia de los Zúñiga, futuros duques de Béjar, a través del Señorío o Estado de Capilla. En 1631 el rey Felipe IV concedió al lugar de Peña el Sordo el título de villa, exonerándolo de su progenitora Capilla. La nueva villa siguió jurisdiccional o solariegamente bajo la égida de la Casa de Béjar.
Dos son las fiestas más representativas en el pueblo. Por un lado, la de su patrona la Virgen del Carmen, que se celebra con gran solemnidad; y por otro la del Corpus Christis y su Octava, de marcado colorismo y tipismo local.
Desde el siglo XVI se viene celebrando esta última fiesta declarada actualmente de interés turístico regional y nacional. El origen se basa probablemente en un enfrentamiento o escaramuza que se produjo entre cristianos viejos y cristianos nuevos o moriscos en Peñalsordo en aquel siglo.
Aquel hecho dio lugar a la creación de una Cofradía fundada por el general Cachafre y su lugarteniente Palenque en honor de la Eucaristía. Tomó el nombre de Hermandad de los Soldados del Santísimo Sacramento por haber tenido lugar el enfrentamiento la víspera del Corpus.
La leyenda ubica la acción en la conquista del castillo de Capilla por los cristianos a los moros. Ante la dificultad de la toma de la fortaleza, Cachafre se valió de una treta. Mandó reunir al anochecer todos los carneros de la zona y ponerles bengalas encendidas en las cornamentas. Sus soldados guiaron estos animales hacia el castillo. Los moradores, pensando se trataba de un poderoso ejército, huyendo aterrorizados del recinto. Allí permanecerían dos ancianos y un niño pequeño, Rafaelito, junto a dos vaquillas, a la llegada de los cristianos.
La Cofradía, muy militarizada y jerarquizada, está presidida por un Mayordomo vitalicio, elegido democráticamente, y compuesta por una Junta Directiva en la que, además del primer mandatario, se encuentran un Capitán, un Alférez y un Sargento, que se renuevan todos los años, un Secretario, el Abuelo, la Abuela, y seis números seleccionados de entre los hermanos. Hoy también con dos celadores, encargados del orden.
La efeméride empieza la víspera del Corpus, o Vigilia, sigue el día del Corpus, se reanuda el sábado siguiente, víspera de la Octava o Vigilia, y se termina el domingo de la Octava del Corpus.
En la primera Vigilia el Sargento, con espada y a caballo, y el tamborilero, a pie, salen por el pueblo llamando a los cofrades. Al pasa frente a las viviendas de éstos, el militar lanza una consigna: “ Alabado sea el Santísimo Sacramento ”, que es respondido por el propio cofrade o un familiar con “ Por siempre alabado sea ”.
Los hermanos se reúnen en las Casillas según les corresponda, el Sargento, Alférez y Capitán. Después irán reuniéndose por orden jerárquico y terminan en casa del Mayordomo. Van a los rezos en la Iglesia y después al convite.
Los actos del Corpus comienzan por la mañana. De nuevo recorren el pueblo el Sargento y el tamborilero. Los hermanos se recogen en sus respectivas Casillas. De aquí marchan a casa del Mayordomo y después a la Iglesia. Procesionan al Santísimo con la Custodia. Después se trasladan todos a la plaza para el bandereo. Les acompañan las autoridades locales. Terminan con el convite en casa del Capitán.
En la Vigilia de la Octava los actos empiezan por la tarde. De nuevo salen por el pueblo el Sargento y el tamborilero. Van recogiendo a los hermanos de sus casas y los distribuyen por sus Casillas, mientras el caballo salta sobre cestas de mimbre encendidas colocadas en la calle delante de las casas de lo cofrades. Harán lo mismo con el Abuelo y la Abuela. Después marchan hasta la casa del Mayordomo y todos juntos haciendo las alcancías se dirigen a la plaza para recitar desde el balcón del ayuntamiento las Mojigangas. Los hermanos se despiden en orden inverso a la recogida de los mismos.
La Octava del Corpus es el día más señalado. De nuevo salen por la mañana el Sargento y tamborilero en la forma habitual. Mientras, los familiares enjaezarán los burros que los hermanos montarán más tarde. Capitán, Alférez y Sargento cabalgarán sobre caballos también enjaezados y los tres disputarán una competición hípica antes de trasladarse toda la comitiva hasta el Cacho Jesa (Dehesa).
Aquí, tras el Acatamiento, intervienen las vaquillas contra los hermanos y concurrentes, asustadas cuando oyen la salva de un escopeta. Más tarde todos juntos se dirigen a la Iglesia. De nuevo se repite la procesión con la Custodia.
Al finalizar la procesión, algunos hermanos jóvenes construyen un castillo humano que marchará tras la Custodia realizando continuas genuflexiones hasta el altar mayor.
Tras la misa lo hermano con la Junta directiva y autoridades irán a la plaza para el bandereo. Finalizando el acto las vaquillas se desmadrarán de nuevo. Al final, todos marchan hacia la casa del Alférez para el convite.
Por la tarde se transfieren las insignias para el próximo año. También se aprovecha para el asentamiento de los nuevos cofrades.
Al finalizar la procesión, algunos hermanos jóvenes construyen un castillo humano que marchará tras la Custodia realizando continuas genuflexiones hasta el altar mayor.
Tras la misa lo hermano con la Junta directiva y autoridades irán a la plaza para el bandereo. Finalizando el acto las vaquillas se desmadrarán de nuevo. Al final, todos marchan hacia la casa del Alférez para el convite.
Por la tarde se transfieren las insignias para el próximo año. También se aprovecha para el asentamiento de los nuevos cofrades.
Cada equis tiempo, entre cuatro y siete años, se celebra un acontecimiento especialmente esperado entre los más jóvenes, que es conocido con el nombre de los Caballitos por llevar los cofrades uno caballitos de madera tirados con bridas o cabestros.